Clip-Clapper
Otto Berchem
Cali, ene. - feb. 2015
There was a man with tongue of wood
Who essayed to sing,
And in truth it was lamentable.
But there was one who heard
The clip-clapper of this tongue of wood
And knew what the man
Wished to sing,
And with that the singer was content.
Stephen Crane, There was a man with tongue of wood
Érase un texto para una exposición que no quería que lo escribieran. El curador del espacio le propuso a otro curador y escritor de renombre que lo escribiera, pero este declinó la oferta pues consideró que el texto no era necesario.
Parecía que el texto nunca iba a ver la luz y que solo se quedaría en la mente de quienes pensaron la posibilidad de su existencia. Sin embargo, el artista sentía que su obra lo requería, que sin el texto los visitantes de la exposición carecerían de las coordenadas suficientes para acercarse a lo que él había hecho.
El artista había propuesto realizar una obra de texto, con una serie de frases que partían de una de sus poesías favoritas de Stephen Crane. Parte de la ansiedad del artista provenía del hecho que él, aunque vivía en el mismo país de quienes iban a visitar su exposición, no hablaba el mismo idioma que ellos, ni lo usaba en su obra. Por lo que, sin un texto aclaratorio, esta barrera idiomática podía llevar a que los espectadores percibieran tintes autobiográficos en su obra, fuera esto o no verdad. Traducir era una opción pero para el artista la poesía era algo tan preciado que ninguna traducción le haría justicia.
Ante la falta de un idioma común, el artista decidió echar mano de una previa investigación que había hecho sobre la condición de sinestesia. En vez de escribir, pintaría y así los espectadores con el don de la sinestesia al enfrentarse a sus pinturas podrían ver en su mente las frases que él quería incluir en la exposición.
Por un momento la mediación de un texto sobre la exposición parecía innecesaria. Desafortunadamente, él mismo no poseía el don de la sinestesia por lo que no sabía cómo deberían ser estas pinturas. Así pues, concluyó, que para superar este impase crearía su propio alfabeto cromático el cual utilizaría en sus pinturas. Sin embargo, después de haber producido las pinturas le sobrevino la duda si debía compartir este alfabeto con los espectadores de la exposición.
En este punto, el texto sobre la exposición, que no quería que lo escribieran, flaqueó. Ya no debía ser curatorial, ni teórico, ni aburrido, ni muy preciso, solo debía acercar lo más posible a los espectadores al alfabeto cromático que había inventado el artista, sin ni siquiera tener que enunciar las equivalencias entre color y letra.
Fue cuando el artista recordó sobre la máquina Enigma con la cual los alemanes cifraban sus mensajes durante la Segunda Guerra Mundial y cuyo desciframiento permitió la victoria de los aliados. Aunque en un principio el artista pensaba que estaría satisfecho si sólo una persona podía comprender las frases (ahora subyacentes en sus pinturas), si el texto de la exposición permitía que todos lo hicieran no habría ganadores, solo perdedores. Perderían los espectadores pues frente a sus ojos desaparecería la imagen, y con ella la posibilidad de su contemplación e interpretación, para ser remplazados por unas cortas frases que leerían en pocos segundos. Perdería la obra pues hace rato las frases se habían convertido en una excusa para hacer pintura. Perdería el artista pues todo su trabajo habría sido en vano.
Así pues, el riesgo que el misterio de su obra se rompiera fue suficiente para que el artista prefiriera que el texto sobre su exposición no fuera escrito nunca.
Juan Sebastián Ramírez
Publicaciones
· Otto Berchem. 2016. “Clip-clapper”. (bis) | oficina de proyectos: año 1 (2014-015) (catálogo) (vol. 1, pp. 15-21). (bis) | oficina de proyectos: Cali, Colombia. ISBN: 978-958-46-9910-7
Bibliografía
· Juan Sebastián Ramírez. 2016. “El texto y el artista”. (bis) | oficina de proyectos: año 1 (2014-015) (catálogo) (vol. 2, pp. 15-19). (bis) | oficina de proyectos: Cali, Colombia. ISBN: 978-958-46-9910-7
· Carlos Quintero. 2015. “(Bis) Again…”. Esfera Pública (febrero 16, 2015)